Muchos de los más grandes escritores se internaron en un mundo apriori desconocido, pero bello y descarnado, con sus glorias y sus miserias, sus billetes y su sangre. Ningún juego (y los deportes lo son) produce el magnetismo del boxeo. Y los escritores siempre buscan efecto. El boxeo, en este caso, proporciona adrenalina por toneladas, y entonces se explica por qué vuelven siempre con nuevas historias, algunas realmente apasionantes. El cine las llevará después a los ojos de millones, pero ese es otro tema, sobre el que ya regresaremos. Por ahora, va aquí una lista de recomendación literaria para los amantes del pugilismo (o una galería de puños y peleas para los adictos a la literatura interesada en todos los fenómenos humanos, y el boxeo lo es, con creces).
Se dice que la mejor novela sobre este género es "Más dura será la caída", obra del norteamericano Budd Schulberg (1947), que luego se transformó en la última película de Bogart.
Pero parece no irle en zaga "Relatos del Cuadrilátero", del famoso escocés Arthur Conan Doyle, el inventor de Sherlock Holmes. Estas narraciones son antológicas y han sido reeditadas no hace mucho tiempo en la Argentina.
Ni que hablar de la novela "Un pedazo de carne", que el legendario norteamericano Jack London impuso en los albores del pasado siglo.
Dos premios Nobel de Literatura, Ernest Hemingway y Norman Mailer, produjeron enormes obras vinculadas con el boxeo. El primero, con su cuento "Fifty Grand" ("Cincuenta de los grandes"), y Mailer con la ya antológica obra periodística "La pelea del siglo", basada en el choque entre Muhammad Ali y George Foreman en el Zaire.
Nuestro Julio Cortázar, fanático del boxeo desde la tribuna, no se privó de dejar para la posteridad tres perlas incomparables en forma de cuento: "Torito", que narra ficcionalmente la agonía de Justo Suárez; "La noche de Mantequilla", un thriller que se desarrolla la misma noche en que Monzón derrota al campeón cubano-mexicano, y "Segundo Viaje", un verdadero hallazgo sin mucha promoción.
Y qué decir del estupendo "Cuarteles de Invierno", donde Osvaldo Soriano obtiene un inolvidable personaje extraído de sus noches y de su afición por el boxeo.
En el libro 'Cross a la mandíbula' se recopilaron hace un tiempo algunos buenos textos de otros escritores nacionales, como "El Laucha Benítez cantaba boleros", de Ricardo Piglia; "Kid Ñandubay", de Bernardo Kordon y "Caída de un peso mediano", de Alberto Vanasco.
Mi gusto personal me lleva a recomendar también una querible y emotiva novela del escritor chileno Enrique Lafourcade, titulada "Mano Bendita", así como "El Duke", de la inspiración siempre tremenda de Enrique Medina.
Dejo para el final el más grande ensayo escrito hasta hoy sobre el boxeo, en clave psicológica. Se trata de "On Boxing" o "Del Boxeo", de la magnífica escritoria norteamericana Joyce Carol Oates, una experta increíble en pugilismo, que suele estar nominada (o abonada) a la posibilidad de un Nobel que largamente merece. Este breve libro es imperdible, y todavía existen algunos ejemplares sueltos en Buenos Aires, de la edición publicada en Barcelona hace más de veinte años.
En esa línea, hace un tiempo llegó a nuestra ciudad "Entre las cuerdas. Memorias de un aprendiz de boxeador", otro ensayo, esta vez sociológico, del francés Loic Wacquant, un tipo que se enamoró del boxeo en los barrios pobres y negros de Chicago, donde llegó para realizar una investigación de su mettier, y terminó boxeando en torneos amateurs, luego de vivir diariamente la fragua del gimnasio.
Respecto de libros técnicos sobre boxeo, no hay mucho que inventar. Porque los dos mejores que se conocen en el mundo han sido escritos por argentinos hace añares. "Secretos del Ring", del maestro tucumano Pedro Cuggia (1956) y "El Boxeo", del cordobés Ángel Auzzani. El primero fue recomendado en Nueva York a un cronista argentino que buscaba allí "algún librito sobre técnica boxística" ¿Usted es argentino?, le preguntaron ¿Y cómo no conoce el libro de Cuggia? Nunca se escribió nada mejor". Y el que lo dijo era una enciclopedia pugilística...
Finalmente, la compilación que efectuó Osvaldo Príncipi en "La vida es un ring", aparece como una interesante serie de reportajes sobre boxeo realizados a personalidades relacionadas con el mundo del arte. Claro y singular. También en el área del reportaje, deben recomendarse las "Entrevistas" de Carlos Irusta, producto de su enorme experiencia periodística. Y como uno es algo vanidoso, invita a leer los cuentos "El Andamio"," Cachazú", "El debut", "El campeón reencarnado" y "Abeja Negra", en el libro que lleva como título precisamente el que cierra la nómina, todos incluídos además en la segunda edición de "Narices Chatas" (2006).
A Joyce Carol Oates le debemos esta reflexión: "El boxeo es una primitiva forma de arte, tan primitiva como el nacimiento, la muerte o el amor erótico. Las experiencias más profundas de nuestra vida son acontecimientos físicos, aunque nos consideramos, y seguramente somos, seres esencialmente espirituales".
Y a Julio Cortázar, esta marca en el orillo: "Cuando era joven iba a ver boxeo en el Luna Park con un libro bajo el brazo. En esa época miraba todo con un criterio estético, y encontré en el boxeo un espectáculo, más que eso, un fenómeno estético incomparable".
1 comentario:
Modestamente quiero decirles que quisiera que lean el libro que se escribio sobre mi vida de boxeadora el año pasado, cuyo titulo es: La Boxxeadora. y lo pueden descargar gratis entrando en: el tintero magico y luego buscar por su titulo.
sonia la pantera gonzalez irala laboxeadora.com
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