QUERIBLES HISTORIAS Y ANÉCDOTAS DEL RING Y SUS ALEDAÑOS, EN LUGAR DE MERA INFORMACIÓN; VIEJA MEMORIA EN VEZ DE NUEVA ESTADÍSTICA; PASIÓN CALIENTE CONTRA LA FRIALDAD DE LA TÉCNICA; OJO MÁS SENSIBLE QUE VISUAL: MÁS TIBIA EVOCACIÓN QUE IMAGEN CONGELADA; UN NOSTÁLGICO GANCHO EN LA NARIZ DEL OLVIDO; EN UNA PALABRA, POCO PERIODISMO, PERO ESO SÍ: PURO BOXEO.

lunes, 6 de septiembre de 2010

NEURONAS EN RECESO

Días pasados, un alumno de periodismo deportivo interesado en el Boxeo, me preguntó por la verdadera validez actual de un título del mundo. Yo, que creo defender la actividad contra viento y marea desde tiempos inmemoriales, sólo atiné a decir que la multiplicación de las coronas hasta el infinito podría llegar a favorecer económicamente a los boxeadores. Es un argumento, pensé. No es el mejor, pensé después. No es la verdad, me dije más adelante. Es apenas un pretexto, repensé. Es una manera de no decir lo que realmente ocurre. Que cuatro asociaciones (por no decir siete u ocho) tengan sus propios campeones mundiales en diecisiete categorías, nos habla de 68 campeones ¿Quién, no metido directamente en el oficio, los recordaría? Un estudiante no. Pero además tenemos los supercampeones, los campeones en receso, los interinos (esto alguna vez tuvo cierto asidero, pero ya no, porque se es interino in eternum y no porque el campeón no esté disponible. Se pelea como interino como si fuera lo mismo). Y los estudiants como el que me preguntó, se dan cuenta. Y dicen que es lo mismo que si hubiese cuatro FIFA y cuatro campeones mundiales de fútbol. Y tal vez un interino y otro en receso.
No hablamos de los títulos latinos, fedelatin, chupelatin y todo tipo de pajerías que se han inventado para nada, o para que algunos se ganen una moneda más. Yo creo que si volviéramos al viejo sistema, cuando la gente reconocía a los campeones, todos podrían ganar más, porque títulos y fama no son prestigio. Cuando me consultan sobre qué pelea ver, siempre digo que cualquiera donde los contendientes exhiban buenas aptitudes. Si tienen título o no, o si el título corresponde a una u otra entidad, no tiene la menor importancia. Habrá boxeo mientras haya boxeadores buenos. Sean campeones o no. José María Gatica y Horacio Saldaño no fueron ni campeones argentinos ¿Y? Fueron dos tremendos ídolos. Me parece, realmente, que en el boxeo internacional de nuestros tiempo actuales tenemos un deporte interino y una inteligencia en receso.